Desde que comenzamos con nuestro blog, hemos sido insistentes en la explicación de qué es una casa pasiva. Hemos concretado qué beneficios aporta para sus habitantes, ya sean referentes a la salud respiratoria, alergias, al ahorro energético o incluso al confort que se alcanza gracias a su aislamiento térmico y acústico.
Si echas un vistazo a nuestro blog, aparte de conocer y comprender más acerca de las casas pasivas, verás ejemplos de construcciones y viviendas pasivas con una calidad y un diseño excepcional. Al visualizar tal batería de imágenes podemos pensar que las construcciones pasivas son un lujo, que solo unos privilegiados se lo pueden permitir y que jamás podremos optar a convertir nuestro hogar en un hogar pasivo.
Vivir en una casa pasiva es mucho más económico de lo que comúnmente se piensa.
Como ya os contamos en el post de mitos y verdades sobre las casas pasivas, construir una casa pasiva no supone un gasto desorbitado en comparación con una casa de características normales. Convertir tu hogar en un hogar pasivo tan solo cuesta un 16% más que una rehabilitación convencional. Y si la obra se comienza de cero, tan solo conlleva un coste del 12% más que si se construye una casa sin características passive. ¿Esto convierte a las construcciones pasivas en un lujo? La inversión es más elevada, es cierto, pero el porcentaje es pequeño, así que la inversión es poco mayor.
Este sobrecoste supone una gran ventaja: la revalorización de tu vivienda cara al futuro. Como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, no es esta la única ventaja; el ahorro energético que registran las construcciones pasivas acaba compensando este coste más elevado al poco tiempo de entrar a vivir en tu nueva vivienda.
Si todavía no tienes claro que tu hogar debe ser pasivo, ¡entra en nuestro blog! En él conocerás mucho más acerca de las casas pasivas y de los beneficios que te aportará a ti y a tu familia.
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